viernes, 30 de septiembre de 2016

Con la primera mesada que recibe el niño para sus onces, comienza su vida financiera


¿Cuándo debe exactamente iniciarse la educación financieras de los hijos? No existe ese preciso momento, pero algunos padres comienzan más temprano que otros a enseñarles sobre el manejo de las finanzas.
Uno de los hombres más ricos del mundo, el mexicano Carlos Slim Helu, empezó a llevar el control de su vida financiera desde niño. Cuando aún estaba en la escuela preparatoria, su padre, Yusef Salim Haddad, le regaló una libreta para que anotara sus gastos. A partir de ese momento el futuro archimillonario creó el hábito de llevar un control estricto de todas sus operaciones financieras, lo cual lo ayudó en la creación de su fastuosa fortuna.
Se trata de un ejemplo de un padre motivando a su hijo a manejar sus finanzas.
“-¿Hasta qué punto habrá influido este episodio en el éxito financiero del magnate?
-Me gustaría preguntárselo, pero desafortunadamente no tengo acceso a él para hacerlo.”
Pienso, sin embargo, que en todos los aspectos de la vida, la influencia de los padres es fundamental y la educación financiera no es una excepción. La educación del niño comienza por los padres. Tendrán que convencerse de que la educación financiera es prioritaria y entonces sí podrán llevar a cabo acciones conducentes a inculcar en el niño los paradigmas positivos hacia el dinero y la riqueza.
¿Cuándo exactamente debe iniciarse la educación financiera de los hijos?, me preguntaban alguna vez.
No existe un “exactamente” en educación infantil. Cada niño es diferente. El bebé comienza a absorber conocimientos del medio que lo rodea desde el mismo momento del nacimiento. Aprende a través del ambiente de su entorno, de los comentarios, las actitudes y el ejemplo de los mayores. En algún momento de esos primeros años el niño empieza a procesar la información que recibe y con ella va formando los paradigmas con los cuales tendrá que enfrentarse a la vida.
Hay una frase que desde la primera vez que la escuché llamó mi atención. Se trata de una cita de la señora Laura Bush, la esposa del expresidente de los Estados Unidos Geroge Bush. Dice más o menos así:
“La edad entre el nacimiento y los cinco años es el cimiento sobre el cual pueden construirse vidas exitosas”.
Creo que esa cita aplica muy bien al área financiera. Se sabe que entre los dos y los tres años, aproximadamente, los niños pueden aprender a reconocer los números y también a contar. Es el momento de estimularlos a través de juegos que los distraigan y los ayuden a fijar los nuevos conocimientos en la memoria.
Está comprobado que el juego es el mejor método para enseñar a los niños. En el área de los números, es recomendable suministrarles juguetes que los contengan para que los niños empiecen a familiarizarse con ellos: bloques de madera, de aquellos que llevan los números grabados; cartas de naipes, juegos de lotería, etc. También sirven los juegos de dados y dominó que les permitirán practicar contando los puntos de cada dado o cada ficha.
En la medida en que van creciendo debe empezarse a familiarizarlos con el dinero, preparándolos para cuando comiencen a recibir su mesada. En algunas papelerías venden billetes de juguete, muy útiles para simular transacciones de compra y venta. También pueden ir con ellos al supermercado y explicarles cómo funciona el sistema.
La primera mesada
La vida financiera, generalmente, comienza el día en que el niño recibe su primera mesada para comprar su merienda. Aun sin saberlo está ingresando al mundo de las finanzas personales. Esto ocurre aproximadamente a los seis años, que es cuando la mayoría de los niños está en capacidad de controlar sus propios gastos. Pero necesitarán que alguien los estimule y les indique cómo hacerlo.
Debe asignárseles una cantidad fija y, simultáneamente, debe ayudárseles a planificar cómo deben gastarla. Es necesario empezar a introducirlos en el lenguaje financiero, usando repetidamente delante del niño términos como planificación, presupuesto, ingresos, egresos, ahorro, estados financieros, etc., para que ellos vayan acostumbrándose a los mismos.
Dos compañeros fundamentales: presupuesto y ahorro
En la medida en que el niño aprende las primeras nociones matemáticas podrá iniciarse la enseñanza de los conceptos de presupuesto y ahorro. Debe empezar a familiarizarse con ellos desde el mismo momento en que comienza su relación con el dinero.
El niño tiene que crecer con el concepto de que dinero y presupuesto son dos compañeros inseparables; debe desarrollar la costumbre de mantener siempre un estricto control sobre sus ingresos y sus gastos. Una vez que adquiera el hábito, este se convertirá en un paradigma inherente a su naturaleza, una práctica que para él no representará ningún esfuerzo, sino que, por el contrario, será un ejercicio que realizará con gusto.
¡Siempre es agradable trabajar con una herramienta que uno domina!, más si se trata de una que ayuda a ahorrar y poco a poco ir creando riqueza.
Extracto del libro: “EL CHIP DE LA PROSPERIDAD… el mejor regalo para tus hijos”.
Los invito a ver el siguiente video para recibir información complementaria:

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