Las anomalías
Una “anomalía”, en el contexto financiero, es un
comportamiento especial de los mercados bursátiles que permite anticipar la
dirección del movimiento de los precios de las acciones, proveyendo, de esta
manera, una excelente oportunidad de obtener mejores resultados.
Existen muchas anomalías bastante conocidas por la mayoría
de los inversionistas:
La anomalía de los inversionistas internos. Dado que los
ejecutivos de las corporaciones tienen información privilegiada sobre el
comportamiento de las finanzas de las empresas que administran, ellos compran sus
acciones cuando las perspectivas son positivas y venden cuando no lo son. De
esta manera, al seguir su ejemplo: comprar cuando ellos compran y vender cuando
ellos venden, se obtendrán resultados superiores.
Otra anomalía consiste en que las pequeñas compañías generan
mejores resultados que las grandes corporaciones. Esta anomalía se presenta principalmente
en el primer mes del año, por lo cual se
le conoce como el “efecto enero”.
La anomalía de las pequeñas corporaciones olvidadas enseña
que las empresas que no son muy apreciadas por los grandes inversionistas
institucionales generan mejores resultados que aquellas que son ampliamente transadas
por ellos.
Existen muchas otras anomalías similares a las anteriores.
Sin embargo, la gran mayoría de ellas ya no genera mejores resultados debido a
que son ampliamente conocidas, y son tantos los inversionistas que tratan de
aprovecharlas, que ellos mismos neutralizan su efecto.
Lo interesante del tema de las anomalías es que los primeros
inversionistas que las descubren sí pueden lograr grandes beneficios con ellas,
mientras el conocimiento se mantenga dentro de un grupo reducido.
La conclusión a la que quiero llegar es que sí existen
formas de lograr resultados extraordinarios para ganar #dinero-grande, si se
descubren nuevas anomalías en su etapa temprana.
De eso se trata el proyecto “Dinero grande” en Wall Street.
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