Por: Rigoberto Puentes
Por segunda semana consecutiva los inversionistas
independientes mantienen el optimismo. Algunas razones para ello, además de las
anotadas la semana pasada, pueden ser:
1. Los inversionistas piensan que el mercado
ya digirió las malas noticias: los precios de las acciones se mueven más
por expectativas que por realidades. Cuando estas últimas son precedidas por
abundante información futurista, los inversionistas tratan de anticiparse a los
acontecimientos y compran o venden, dependiendo de si estos son positivos o
negativos. Todo pareciera indicar que eso es lo que está ocurriendo en la
actualidad. La recesión europea, la desaceleración china, los bajos
rendimientos de las corporaciones, el eminente acantilado fiscal, el techo de
la deuda, etc., ya no son noticia y por lo tanto ya no afectan el sentimiento
de los inversionistas.
2. El reporte preliminar del PIB de los EE.UU. en el
segundo trimestre superó por 0.3% (2% vs. 1.7%) los resultados esperados por
los analistas. La importancia de esta cifra está principalmente en que los
inversionistas lo asumen como el indicio de una franca recuperación de la
economía.
3) El repunte del sector de la construcción ha traído renovado optimismo. Además las
expectativas positivas se han visto reforzadas con la devastación causada por
el huracán Sandy, puesto que muchos analistas ven en la reconstrucción una nueva
fuente de negocios para el sector.
4.
Por último, un hombre en el que todos creen, Warren Buffett, declaró que él estaba
muy positivo con respecto al desenvolvimiento de la economía de los Estados
Unidos, particularmente con el sector inmobiliario.
Conclusiones: Mientras que los inversionistas
independientes se muestran optimistas, los inversionistas institucionales se
mantienen en una línea neutral. Pienso que mantendrán esa posición hasta que se
definan las elecciones, el acantilado fiscal y el techo de la deuda.
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