lunes, 14 de mayo de 2012

Año tras año la misma película en Wall Street





En marzo 2009, ante la fuerte caída de los precios de las acciones en Wall Street la Reserva Federal salió al rescate a través del primer alivio cuantitativo (QE1), lo que en otras palabras significó la emisión de un par de trillones (millones de millones) de dólares para estimular la economía. El mercado accionario se recuperó y, por un tiempo, los inversionistas que dependen de la subida de los precios para ver reflejadas sus ganancia fueron felices… ¡pero la dicha duró solamente un año!

En abril de 2010 el mercado accionario comenzó a desmoronarse y se mantuvo negativo hasta agosto, cuando la Reserva Federal tuvo que salir al recate con el segundo alivio cuantitativo (QE2), mediante el cual le insufló al mercado (a la burbuja) un nuevo estímulo de cerca de un trillón (millón de millones) de dólares. El mercado se recuperó y los inversionistas volvieron a ser felices… ¡temporalmente!

En agosto 2011, nuevamente los precios comenzaron a caer y se mantuvieron negativos hasta octubre. En esta ocasión fue el Banco Central Europeo el que salió al rescate con la promesa de emitir no recuerdo cuantos billones de euros; promesa que cumplió cabalmente entre diciembre de 2011 y febrero de 2012. Nuevamente los precios de las acciones se recuperaron y la sonrisa volvió a los labios de los inversionistas.

Mayo de 2012 el mercado accionario parece estar siguiendo la misma senda negativa de los años anteriores… los precios de las acciones han caído en forma sostenida durante las dos últimas semanas y por lo que muestra la tendencia de la actual (la tercera del mes) los precios seguirán cayendo. ¿Hasta dónde? Las autoridades financieras se darán un margen antes de actuar. Probablemente hasta que el índice S&P baje a los 1100 -1200 puntos (hoy está en 1350). En ese momento saldrán al rescate. ¿Quién actuará? ¿Será la Reserva Federal o el Banco Central europeo?  Cualquiera de los dos que lo haga, el resultado será el mismo para la economía global: más aire para una burbuja que está llegando a su punto de saturación…

¿Qué significa lo anterior para los inversionistas?

Mientras que los principiantes y amateurs estarán aterrados y a punto de un colapso nervioso, los profesionales están frotándose las manos y salivando ante la inminencia del manjar que los espera: ¡Nada mejor que la volatilidad pronunciada para hacer grandes ganancias!  

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