Aprendiendo de la experiencia
Es un caso típico que, bajo diferentes
modalidades, le ha ocurrido a mucha gente, incluido el autor. Este relato no se
refiere a ninguna persona en particular, sino que es un compendio generalizado,
resumido de las muchas historias similares que he escuchado.
Se trata del señor Juan Ejecutivo, un hombre
rondando los 40, exitoso, responsable, y con un buen nivel de ingresos.
Excelente candidato para un vendedor de planes de inversiones financieras.
Un buen día, un agente de una compañía de seguros
lo visita en la empresa donde trabaja, lo halaga un poco por su importante
cargo y su bonita oficina, y luego le presenta un atractivo plan de retiro en
dólares. El agente hace una excelente descripción de las ventajas y beneficios
de la oferta. Según le cuenta, es un fondo que invierte solamente en
instrumentos financieros muy seguros y altamente rentables. Le enseña gráficos muy
bonitos que muestran cómo el rendimiento del último año fue del 15%, y le deja
saber que los expertos financieros de su compañía han anticipado que el mismo
seguirá creciendo al mismo ritmo durante los años siguientes… Para acabar de convencerlo le informa que esta
inversión va acompañada de un seguro de vida para la protección de su familia.
El señor Juan Ejecutivo, un hombre que se siente
orgulloso de cuidar de los suyos, se interesa, responde las preguntas del
vendedor y le manifiesta que desearía lograr una renta de unos $1.600
mensuales, para dentro de 10 años. El vendedor despliega su laptop y le calcula un plan que se ve más menos como el que aparece en
la siguiente tabla.
El señor Ejecutivo mira el cuadro, hace unos
rápidos cálculos mentales y piensa para sus adentros:
-
“La verdad es que este plan no luce nada mal. Con una inversión de $10.000
durante los próximos 10 años, me garantizo un ingreso de $1.600 mensuales de
renta vitalicia. Además incluye la protección del seguro de vida para la
familia de $100.000… no está nada mal”...
EJEMPLO DE UNA OFERTA DUDOSA
PLAN DE RETIRO VIP - CON SEGURO DE
VIDA
Inversión:
Prima anual $10.000
Tiempo (años) 10
Beneficios para el retiro (a los 10 años)
Puede elegir una de las alternativas:
A. Un solo pago $190.000
B. Renta vitalicia mensual $1.600
Beneficio adicional:
Seguro de vida e invalidez $100.000
El vendedor inadvertidamente olvida mencionarle
algunos pequeños detalles inherentes a la inversión, como por ejemplo el hecho
de que el rendimiento esperado no es fijo sino variable, y que la posibilidad de lograr el objetivo va a depender
del comportamiento del mercado, y que dicho rendimiento es excesivamente
optimista.
También olvida mencionar, inadvertidamente, los
cargos iniciales o periódicos que reducen drásticamente el capital invertido,
sobre todo en los primeros años. Y olvida además mencionar que la póliza tiene
una cláusula de retiro temprano, según la cual, si el inversionista suspende
los aportes es fuertemente penalizado; tan fuertemente que puede perder hasta
el 100% de su inversión. O, probablemente, el vendedor sí mencionó esos
detalles, pero el señor Ejecutivo, al no estar familiarizado con conceptos
financieros, no los entendió o simplemente no les prestó atención. De todas
formas la entidad vendedora salva su responsabilidad puesto que todo esto
estará escrito en alguna parte del contrato.
El señor Ejecutivo firma el documento, hace el
primer cheque y se olvida del asunto hasta doce meses después, cuando
religiosamente le llega el recordatorio para que envíe el siguiente cheque. El
señor Ejecutivo es una persona muy ocupada, no tiene tiempo de hacerle
seguimiento a su inversión. Envía sus aportes puntualmente y confía en que ésta
estará rindiendo de acuerdo con lo esperado… hasta que, eventualmente, algo
ocurre que le obliga a ocuparse de sus olvidados fondos. Pierde su trabajo y se
ve imposibilitado de continuar pagando las cuotas anuales. Por el contrario,
convencido de que su dinero ha crecido, cuenta con éste para sostener a su familia
mientras consigue un nuevo empleo. Llama al agente vendedor para solicitar el
retiro de su plata y entonces se encuentra con la gran sorpresa de que su
inversión, lejos de crecer, ¡se ha
reducido significativamente! Vienen las explicaciones, que si el mercado de
capitales no ha crecido, que si los instrumentos financieros en los que estaba
su inversión han estado en crisis, que los costos de manejo, que las
comisiones, que otros cargos, etc. etc… El
señor Ejecutivo, indignado, reclama;
pero sus palabras se estrellan contra el contrato que ha firmado. Él se ha
comprometido en un plan de largo plazo y éstos así funcionan…
Molesto por esta situación, decide cerrar su
cuenta y retirar sus menguados ahorros.
Pero otra sorpresa lo espera… No puede retirar su
dinero, pues si lo hace le aplicarán la cláusula que penaliza el retiro
temprano, con lo cual sus disminuidos fondos quedan reducidos a su mínima
expresión.
¿Qué hace, por último, el señor Ejecutivo? lo
mismo que hacen otros miles de Juanes Ejecutivos a quienes les ha ocurrido algo
similar: se muerden los codos de la rabia ante la
impotencia, retiran lo que quedó de sus ahorros y
deciden guardar este episodio de su vida como algo vergonzoso, no digno de su
posición.
No hay comentarios:
Publicar un comentario