sábado, 23 de julio de 2016

La educación financiera en el mundo


Cifras de la OECD (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico), en una encuesta realizada a más de 150.000 adultos en 148 países en 2014, reflejaron que solo el 35 % de las personas tienen conocimiento sobre la educación financiera. Noruega, Dinamarca y Suecia fueron clasificados como los países en donde sus ciudadanos tienen una mayor educación financiera, y por ende una mejor calidad de vida.

Es importante recalcar, en este punto, cómo el índice de calidad de vida es directamente proporcional al índice de educación financiera.

Japón es otro ejemplo de lo anteriormente dicho. En Japón la educación financiera forma parte del pénsum educativo. En Estados Unidos está haciéndose un esfuerzo para conseguir lo mismo, pero aun así todavía quedan 33 estados que no incluyen la educación financiera en los currículos escolares.


En la mayoría de los países de América Latina se alcanzan cifras muy pobres acerca del conocimiento en esta importante materia. Si bien se han hecho algunos esfuerzos en México, Brasil, Colombia y otros, hasta donde sabemos en ningún país se ha incluido dentro del pénsum de estudios regulares. Una medida esencial para lograr éxito en el mediano y largo plazo.

El problema está en que los gobiernos, en este aspecto, actúan reaccionando a las presiones del momento: después de la crisis de 2008 hubo un gran interés en todo el mundo, pero en la medida en que la crisis se fue olvidando, igual ocurrió con los programas de educación financiera. Por su parte, los esfuerzos privados no tienen mucho éxito, por cuanto la gente no está muy interesada en pagar y gastar su tiempo en un tema tan poco atractivo y, aparentemente, complicado. ¡Es más divertido perseguir un Pokémon!

La educación financiera es la capacidad de comprender todos los aspectos relacionados con el dinero, el uso del mismo y su mejor administración, lo que va a permitirnos alcanzar una vida plena, y llegar hasta lo que estamos buscando:¡la tan anhelada libertad financiera! Un estado relacionado con el bienestar económico, en donde no tengamos compromisos financieros que nos estresen, y donde seamos capaces de cubrir todas nuestras necesidades económicas. Calidad de vida… ¡de calidad!

La educación financiera, al igual que los demás conocimientos, debe ser inculcada desde edad temprana; de esta manera mayores van a ser los frutos que rendirá. Por ello hay que comenzar a enseñarles a los niños desde una corta edad el manejo del dinero, el valor que tiene. Cuando estos niños —que tuvieron una enseñanza financiera activa en su hogar o en su escuela— crezcan, van a ser agentes formadores de cambio dentro de sus comunidades.

En la actualidad existe un enorme desconocimiento sobre cómo funcionan los bancos, sobre cómo elaborar un presupuesto, y lo que significa ahorrar en realidad. La educación financiera se convierte en una filosofía, mediante la cual se obtienen herramientas importantes que servirán para elaborar un plan integral de vida.

Si estás en la edad adulta y aún no has recibido ninguna educación financiera, no entres en pánico y no hagas lo peor que puede hacerse en estos casos: voltear la mirada y huir de educarte financieramente. Los problemas de dinero van a seguirte a todas partes mientras no decidas comenzar tu educación financiera. Todo lo que tienes que hacer es dedicarle tiempo al asunto, instruirte, leer, tomar cursos acerca de finanzas personales. Verás que pronto entenderás su funcionamiento, lo que redundará positivamente en tu vida y en la de tu familia.


Y algo muy importante: al no estar incluida la educación financiera en los pénsums escolares, esa responsabilidad recae totalmente en los padres. Son ellos quienes deben sembrar los conocimientos financieros en sus hijos a la edad más temprana posible. 




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