El cuidado de la salud
es una parte integral de la planificación financiera. La salud financiera
depende de la física, por lo tanto es necesario cuidar de la segunda para tener
la primera. La vieja y conocida canción lo expresa con mucha sabiduría:
“Tres cosas hay en la
vida: salud, dinero y amor…”
En general no hay
dinero sin salud y qué difícil es el amor sin dinero y sin salud.
¿Puede uno mismo
detectar el riesgo a ciertas enfermedades?
Desde el punto de
vista individual, es importante que conozcas tus debilidades físicas, anticipes
posibles problemas y los enfrentes antes de que ocurran. Puedes comenzar ahora
mismo a hacer una auto evaluación de tu riesgo a las dolencias más comunes como
cáncer, diabetes, enfermedades del corazón, osteoporosis o derrame cerebral. La
Universidad de Harvard ofrece esta facilidad, en forma gratuita, a través de su
página en español
Aquí encontrarás unos
sencillos tests que te permitirán tener una idea sobre tu tendencia a
desarrollar estas enfermedades. Ten en cuenta que esto no reemplaza un chequeo
médico
convencional.
¿En qué consiste el
seguro médico?
Bajo el término de
Seguro Médico o de Salud se encierra una gran variedad de pólizas que proveen
protección para diferentes riesgos que pueden afectar tanto tu salud física
como financiera: consultas, exámenes de laboratorio, tratamientos médicos, hospitalización,
cirugía, maternidad, accidentes personales, discapacidad, servicios
odontológicos, cuidados especiales, etc. La principal utilidad es la de ayudar
a pagar eventuales tratamientos médicos o intervenciones quirúrgicas que de
otra forma serían muy difíciles de costear. Un valor añadido importante es que
te anima a mantenerte saludable. Cuando estás asegurado acudes al médico para
realizarte chequeos preventivos periódicos o ante síntomas menores, por los que
no irías si el dinero tuviese que salir directamente de tu bolsillo. Estas
consultas pueden ayudar a detectar a tiempo condiciones de alerta tales como la
tensión alta o el colesterol, o enfermedades graves, cuando aún se encuentren a
nivel incipiente y pueden ser controladas.
¿Vale la pena pagar
un seguro médico?
¨En un estudio de
2005, investigadores de Harvard Medical y de Harvard Law Schools llegaron a la
conclusión de que casi el cincuenta por ciento de las bancarrotas personales
fueron causadas por cuentas médicas y gastos relacionados con enfermedades.¨ Creo
que la anterior información responde la pregunta. Hay personas que piensan que su
posibilidad de enfermarse es muy remota, y que el costo de un tratamiento puede
resultar menor que el dinero que tienen que pagar mes tras mes, durante muchos
años, por una póliza, sin hacer uso de ésta. Posiblemente tengan razón desde el
punto de vista eminentemente de costo; sin embargo hay que tomar en cuenta que,
aun si el monto de tratar una enfermedad es significativamente menor de lo que
se pagaría por cinco años de seguro, probablemente es una cantidad grande de la
cual puede no disponerse en el momento requerido, y que además puede causar un
fuerte impacto en la economía familiar; mientras que las cuotas mensuales han
estado dentro del presupuesto y se han estado pagando a un ritmo conveniente para
que las finanzas no sufran.
¿Cuándo debe
comprarse el seguro médico?
Tan pronto como dejes
de depender del seguro de tus padres (alrededor de los 25 años en la mayoría de
las aseguradoras). Es conveniente hacerlo cuando aún no se tengan indicios de
enfermedades que más adelante no serán asegurables. Si bien a esa edad la
posibilidad de enfermarse no es alta, nadie está exento de un accidente que
pueda resultar costoso y hacer un hueco en su situación financiera o en la de
su familia. Por otra parte no debes esperar a sentirte enfermo o a que
aparezcan síntomas para comprar el seguro, porque la compañía aseguradora
podría exceptuar estas condiciones preexistentes de tu póliza (probablemente
las más importantes para ti, puesto que son las que resaltan tus áreas débiles).
¿Qué criterio debe
seguirse al adquirir un seguro médico?
Lo ideal sería estar
protegido contra todos los riesgos relacionados con la salud. Sin embargo, como
el pago de las primas generalmente depende de un presupuesto, debe darse prioridad
a los problemas potenciales de salud de mayor costo, cuyas consecuencias pudieran
significar un fuerte impacto financiero. En caso de necesitar reducir el costo
de las pólizas es preferible hacerlo aceptando deducibles más altos. De esta
forma correrás directamente con los gastos médicos básicos, pero estarás
cubierto en la eventualidad de una enfermedad o accidente costosos.
¿Qué clase de seguro
médico debe adquirirse durante la segunda etapa?
Los riesgos de la
salud son amplios. Afortunadamente existe protección para prácticamente todos
ellos: plan general con cobertura amplia, de accidentes personales, de
enfermedades
críticas, para
enfermedades específicas, de emergencias y ambulancias, odontológico, etc. Como
aún no has estado expuesto al mundo de los seguros médicos para decidir qué
tipo de póliza elegir, debes empezar por conocer las características
principales de las existentes en el
mercado. Comencemos
por ahí. Básicamente existen tres tipos de seguro médico:
·
Plan médico tradicional (pago-por-servicio)
·
Plan de salud administrado (medicina
prepagada)
·
Plan
combinado
·
¿Cómo funciona el
Plan Tradicional?
Si te decides por el
primero (pago-por-servicio), contratarás la póliza con una aseguradora y
pagarás una prima mensual que te dará derecho a seleccionar el galeno de
tu conveniencia. Al requerir sus servicios deberás pagarlos de tu
bolsillo. Luego enviarás el reclamo a la compañía con los comprobantes
que exija. Pasado un tiempo recibirás el reembolso correspondiente.
Este tipo de póliza, generalmente, tiene un deducible, lo cual significa
que deberás asumir una porción de los gastos. Usualmente el administrador
del plan y el proveedor del servicio médico son entidades separadas.
¿Cómo funciona el
Plan administrado?
Si te decides por el
plan de salud administrado, generalmente firmarás el contrato con una
empresa especializada en seguro médico o directamente con una
organización médica. Tiene como ventaja el énfasis en la medicina
preventiva. La principal desventaja es que estarás limitado a hacer uso
de los servicios de un listado predeterminado de profesionales, clínicas
y laboratorios. Mientras que algunas aseguradoras te permiten visitar
a cualquier especialista de la lista, cuando lo creas conveniente, en
otros casos deberás seleccionar a uno de los profesionales de la misma,
quien actuará como médico de cabecera. Cada vez que necesites un
especialista deberás consultar primero con tu médico. Él te remitirá
donde crea necesario. Si requieres ver a un galeno que esté fuera de la
lista deberás asumir la totalidad o parte del costo del mismo. En
cuanto al pago del servicio, no tendrás que llenar formularios ni
recolectar facturas. Éstas irán directamente del centro asistencial a la
aseguradora. Por lo general tendrás que pagar, además de la mensualidad,
un porcentaje del valor de cada consulta, exámenes de laboratorio o
tratamiento. Se hace a través de cupones que comprarás en la misma entidad de
seguros. El costo suele estar entre 20 - 30% del valor de una consulta
normal. Esto, en cierta forma, equivale al deducible del sistema tradicional.
¿Cómo funciona el
plan combinado?
Existe un tercer
grupo de organizaciones, las conocidas como Organizaciones de Proveedores Específicos.
Son una combinación del sistema de seguro tradicional y el sistema prepagado.
Tú adquieres una cobertura prepagada, pero adicionalmente puedes también
afiliarte al sistema de pago por servicio. Esta última afiliación te permitirá
hacer uso de médicos y centros de salud que no estén en la lista. Dentro de las
anteriores categorías existe un sinnúmero de variantes, por lo que deberás analizar
cuidadosamente y hacer muchas preguntas al agente que te ofrezca la póliza, con
el fin de conocer todos los aspectos del tipo de seguro que estés adquiriendo.
¿Cómo afiliarse a un
grupo médico?
Usualmente el seguro
médico es ofrecido por los empleadores que, además de estar afiliados a la seguridad
social ofrecida por el estado, cuentan dentro de su paquete de beneficios con
algún plan de salud privado, al cual podrás afiliarte. Cuando no lo provee el patrono,
la búsqueda de este seguro puede ser una tarea compleja y engorrosa. Si
trabajas en forma independiente, la mejor alternativa podría ser la de unirte a
un grupo con el que estés relacionado y que ya tenga negociaciones con alguna
aseguradora: tu asociación de profesionales, tu cámara de negocios, tu grupo de
la iglesia, tu club social, etc. Si no dispones de ninguna de las anteriores
alternativas tendrás que hacer la búsqueda por tu cuenta. Como probablemente no
estás familiarizado con el tema, lo primero que debes hacer es estudiar un
poco. Este libro es un buen comienzo para conocer cómo funcionan los seguros en
términos generales, pero deberás profundizar un poco más. El segundo paso
consiste en investigar en tu lugar de residencia. Cada estado, o cada país,
cuenta con organizaciones parecidas en los aspectos fundamentales, pero
diferentes en los detalles. El mejor lugar para comenzar la investigación es
Internet. Allí encontrarás un sinnúmero de ofertas. Estúdialas en detalle, selecciona
las que más se ajusten a tus necesidades y luego haz contacto con las empresas
aseguradoras y elige la que te sea más conveniente. Bien sea que adquieras tu
seguro a través de la empresa, tu asociación o en forma independiente, deberás
revisar cuidadosamente la póliza y comprender exactamente la cobertura y las
cláusulas que contiene.
¿Es preferible
adquirir un seguro individual o uno en grupo?
En términos generales
ofrece más ventajas el seguro colectivo. Las primas son más económicas y la
fuerza del grupo es importante en caso de conflictos con la aseguradora. Además
la administración de la póliza estará a cargo de una persona preparada para
cuidar de los detalles.
¿Qué clase de seguro
médico es más conveniente: el tradicional o el plan de salud administrado?
No existe una clara
ventaja o desventaja de ninguno de los dos sistemas con respecto al otro. Ambos
tienen características que pueden ser atractivas para unas personas y no para
otras. Si para ti es un valor muy importante tener libertad de seleccionar al médico
que quieras, sin restricciones, deberás limitarte al sistema tradicional. Pero,
por otra parte, si te fastidia el hecho de llenar formularios y recolectar
facturas cada vez que necesites hacer un reclamo, entonces tienes un conflicto.
Pon las dos características en una balanza y define cuál es más importante para
ti.
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