La financiación es una herramienta
fundamental en el manejo del dinero y de la construcción de la riqueza, pero
para ser beneficiosa, debe estar bien administrada. Un préstamo mal administrado
puede conducirlo fácilmente a la quiebra.
¿En
qué casos es conveniente hacer uso del crédito?
Para adquirir activos de
alto valor. Aquéllos que de otra forma no podría comprar. Los ejemplos
típicos son la vivienda y el carro. Para una familia que se encuentra en los
primeros años de actividad laboral usualmente es la única forma de adquirir estos
bienes esenciales.
Para
educación. En todos
los países existen centros de financiación
estudiantil que son fácilmente accesibles. Éstos son
préstamos muy útiles, tanto desde el punto de vista
financiero como educativo. Los jóvenes empiezan a asumir la responsabilidad de su educación y esto les
empieza a enseñar el valor del dinero. Por
lo que es recomendable, incluso si la familia
cuenta con los medios para pagar la educación de los
hijos, inducirlos a que ellos mismos se la financien. Para invertir. Con el objetivo de montar
un negocio, ampliar uno existente, o bien
como capital de trabajo. Existen préstamos
de tipo empresarial que también pueden ser asumidos
individualmente con el fin de aumentar el patrimonio
personal o familiar.
Por
conveniencia. Cuando
se pueda obtener financiamiento sin
intereses, o a un interés menor al que usted esté recibiendo
por su dinero invertido, o cuando realice compras o
contrate servicios sobre los que pueda diferir el pago, sin tener que pagar intereses.
¿Cuándo no debe hacerse uso del
crédito?
Para gasto corriente. Nunca debe usarse para gastos como mercado,
servicios, mantenimiento, ropa, regalos, gasolina, etc. Todos éstos son
consumos que tienen que estar ajustados a un presupuesto y deberán cancelarse
al momento de ser causados. Si usted, eventualmente, se ve en la necesidad de pedir
prestado para satisfacer algunos de estos renglones, interprételo como un
síntoma negativo. Significa que algo no está funcionando bien en su
administración. Probablemente está gastando más de lo que gana. Atienda al
síntoma y retome el control de sus finanzas.
Tarjetas de crédito. Si bien son muy prácticas para diferir
pagos, deben ser usadas con mucha discreción y con la intención de cancelar el
saldo total tan pronto se reciba la facturación. Si eventualmente las usa para
financiarse, pagando sólo el mínimo permitido, se dará cuenta de que los intereses
son prohibitivos; son los más altos del mercado. …Bueno, en realidad las
tarjetas no tienen los intereses más altos del mercado…
Prestamistas profesionales
particulares. Éstos,
junto con las casas de empeño, generalmente son el último recurso. Asumo que
cuando una persona llega a este tipo de alternativa es porque ya ha agotado
todas las demás: tarjetas, banco, familia, amigos, etc. Sobra decir que usted
jamás deberá necesitar este tipo de crédito. Si bien existen situaciones particulares
muy diversas, pensamos que una buena Planificación Financiera Personal puede
evitar llegar a estas situaciones.
¿Qué hacer ante la posibilidad de
entrar en mora?
Por diferentes circunstancias podría
verse ante el problema de no ser capaz de cumplir con sus obligaciones. Bien
porque las cuotas de un préstamo a tasa variable subieron tanto que
lo hacen impagable (situación
frecuente en países con alta inflación), o a causa de una enfermedad, una mala
inversión, pérdida del trabajo, o bien por simple descontrol de las
cuentas. Hay ciertos pasos que debería
seguir para tratar de minimizar el efecto de las deudas morosas. Lo más
importante: ¡actúe rápido! Tan pronto vislumbre los primeros síntomas que le
indiquen que su situación está tornándose inmanejable, no se quede paralizado;
actúe. Bajo ninguna circunstancia deje que sus acreedores se enteren por terceras
personas, o porque usted está atrasado con sus pagos. Negocie con ellos antes
de que se presente esta situación.
-
¿Qué hacer?
Analice detenidamente su posición y
establezca un plan de pagos para proponer a sus acreedores. Es importante que
sea un plan realista, inclusive con un margen de maniobra considerable, por
cuanto usted no puede fallar en los nuevos compromisos que asuma. Comuníquese
con su acreedor o acreedores, expóngales la situación, expréseles su intención
de pagar su deuda y trate de negociar un plan de pagos flexible. En la mayoría
de los casos los acreedores estarán bien dispuestos a ayudarlo, porque
ayudándolo a usted también ellos recuperarán su dinero. Cuando hable con sus
acreedores tendrá que estar preparado para dar algo a cambio de su
flexibilidad. Recuerde que va en busca de una negociación. Lo más probable es
que le exijan nuevas garantías; tiene que estar preparado para ofrecerlas.
¿Cuáles son las alternativas más
comunes para manejar un caso de mora?
Extensión del plazo. Solicite tiempo adicional. Puede incluso
proponer un tiempo muerto durante el cual no tenga que pagar ni capital ni
intereses. Los acreedores estarán mejor dispuestos a aceptarlo si usted se
compromete a pagarles intereses adicionales (siempre y cuando pueda hacerlo).
Reducción de las cuotas. Puede comprometerse a pagar menores
cuotas durante más tiempo.
Refinanciamiento. Es como un nuevo crédito en el cual se
renegocian todas las condiciones. Lógicamente éstas deben ser más favorables
para usted y permitirle asumir los compromisos.
Reducción del préstamo. Esta propuesta es más difícil de aceptar
por parte de los acreedores, pero ante la opción de no recobrar nada, podrían
estar dispuestos a aceptarla.
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